Las trampas del matrimonio

 
 

No reconocer que hay una intención divina. Creer es sólo para procrear o para satisfacer necesidades de afecto, cuidado, protección, socialización, dinero, etc. Caer en la inercia, la costumbre, el hábito y perder el sentido de aventura y creatividad en la relación.

Relacionarse desde el ser falso y desde la imagen idealizado. Olvidar la revelación mutua de las almas. Perder la intimidad y la exclusividad.

 

EL VERDADERO MATRIMONIO

 

Se reconoce que hay una intención divina de purificación y desarrollo espiritual. Existe una auto-revelación y aceptación de la realidad de ambos. Se es capaz de ver la potencialidad propia y del otro, la relación como proceso de evolución. La relación se da desde todos los niveles del alma: no hay pensamientos privados. Hay intimidad y exclusividad. Sexo, Eros y Amor están en equilibrio.

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